Haz que alentar y motivar sea parte de tu vida

Haz que alentar y motivar sea parte de tu vida

Para vivir en amor, primero debemos de amarnos por completo. Es fundamental recibir apoyo, motivación y aliento para desarrollar ese amor propio en nuestros años de formación. 

Cuando no recibimos este aliento en esta etapa, aprendemos a sobrevivir y salir adelante por nuestra cuenta y nuestro sentido de valor, estima y concepción de lo que somos puede estar compuesto de inseguridades, miedos y dudas por esa falta de guía y apoyo de las personas importantes en nuestra vida. Esto lleva a vivir con desconfianza, carencia, competencia y una necesidad de luchar y demostrar lo que merecemos y valemos. 

 

Por el contrario, cuando somos amados y sentimos ese amor, sabemos que somos capaces y que tenemos completa libertad de crear, que podemos ser y hacer todo lo que queramos. Ese sentimiento de amor es sentir motivación; como ese aliento de vida que el Creador de Todo lo Que Es nos da; es un regalo incondicional de amor verdadero de la energía divina que recibimos con completa generosidad, nos da vida y todo lo que necesitamos para crear.

 

Ese pequeño aliento no sólo es un regalo, sino también un instante de motivación en el cual nuestra alma nace y el creador nos asegura nuestro libre albedrío y que siempre tendremos amor para nosotros ya que tenemos parte de su energía dentro de nosotros mismos. A nivel del alma, lo sabemos, a nivel físico necesitamos del aliento de otros para reconocerlo.

 

La falta de ese aliento físico, propicia la falta de amor propio. Cuando no nos amamos, nos detenemos y limitamos, no sólo por nuestras inseguridades y miedos al fracaso, sino también por miedo a la falta de compresión y amor de nuestros seres queridos, comunidad y entorno, ya que nunca hemos experimentado ese aliento de su parte. Incluso a veces, es más grande el miedo a desilusionar o perder nuestras conexiones emocionales con las personas importantes en nuestra vida, que el deseo de lograr nuestros sueños. Un éxito que nadie reconoce ni ve puede sentirse solitario e insignificante. Sin el amor de los demás podemos sentir un vacío emocional y perder lo que realmente nos importa y la autoestima que podamos lograr desaparecerá. 

 

Cuando contamos con el aliento de quienes nos rodean, podemos compartir nuestros logros y éxitos, de esta manera, éstos se vuelven más ricos, más valioso y obtenemos mayor satisfacción. Si contamos con el amor de los demás, es mas sencillo amarnos, valorarnos y alentarnos. Vivir en un ambiente de amor genera las mejores condiciones para prosperar juntos. El aliento es clave, pero será difícil aplicarlo en nuestra vida cotidiana si no tenemos autoestima y amor propio. 

 

En las semanas pasadas hemos puesto en práctica dar y recibir aliento, debemos de seguir aplicando esta practica todos los días y al mismo tiempo reforzar nuestro amor propio. De esta manera, podremos sentirnos amados todo el tiempo y compartir ese amor viviendo la virtud de alentar.

Motívate y ámate para vivir con la virtud de alentar 

 

Cuando creas nuevos proyectos, ideas o simplemente cuando realizas tu trabajo y actividades cotidianas, ¿en algún momento te preocupa el resultado? Cuando sientes esa preocupación, ¿sientes que las personas en tu vida se decepcionarán o te apoyarán? ¿De vez en cuando te da miedo ir por tus verdaderos sueños por la posibilidad de fracasar?

 

Si tu respuesta es sí a cualquiera de estas preguntas, recuerda lo único, especial e ilimitado que eres. Motívate a ti mismo para empezar a reconocerte, conocerte y amarte. Empieza a ver cómo puedes apoyar a otros. 

 

A lo mejor los demás no saben cómo alentarte. Sé su inspiración al tratarlos o reaccionar como te gustaría que ellos lo hicieran contigo. Alienta a los demás y hazles saber que te interesa su apoyo y su aliento. 

 

Por otro lado, si tu respuesta es no, quiere decir que ya tienes una buena auto imagen y autoestima, que te amas lo suficiente. Ahora continua inspirando y guiando a otros a lograrlo. Puedes empezar también a incluir a tu comunidad y a tu mundo.

 

  • Recordar momentos o experiencias en las que sentiste que te hacía falta habilidad o conocimiento para lograrlo algo y que al final salió bien, es importante. Estos momento nos ayudan a darnos cuenta que ya somos lo suficientemente capaces de lograrlo. En vez de desmotivarte por cualquier inseguridad o miedo que tengas, recuerda que todo siempre puede funcionar.
  • Las personas a nuestro alrededor, sobretodo nuestros seres queridos, son muy importantes e influencian mucho nuestra propia percepción. Pon atención en cómo te tratan y cómo se comunican contigo. Lo que te pueda molestar o lastimar, puede ser que venga de sus limitaciones, de no saber hacerlo o de nunca haber experimentado ellos mismos aliento o motivación de otros.
  • En vez de sentirte mal y de ver lo negativo; cambia tu perspectiva y trata de darles lo que les hace falta. Empieza a alentar tú primero sin esperar nada a cambio.
  • Cuando tu mayor preocupación es decepcionar a los demás o fracasar y que nadie te quiera o apoye, recuerda que no estás sólo y que no eres el único que puede estarse sintiendo así. Conecta con tu divinidad y busca personas afines a ti que te quieran y apoyen de verdad; sé esa persona para tus seres queridos.

Algo que nos ayuda a alentar...

 

Nuestra crianza es un momento muy importante y cuando somos adultos podemos ver con mayor claridad las carencias que vivimos. En lugar de culpar, resentir o victimizarte, encuentra los momentos claves en donde una palabra de aliento te puedo haber ayudado a obtener un resultado diferente. El poder de la visualización es muy valioso. Regresa en tu mente a esos momentos y date el aliento que necesitabas. Esto te ayudará a reconocer en el presente los momentos en que más requieres de aliento. 

 

También pon atención en cómo tu afectas o influencias a otros desde simples interacciones, ¿puedes hacer que esas interacciones comunes se vuelvan momentos valiosos de amor y apoyo? Busca en todo momento oportunidades para alentar a los demás, desde lo más trivial hasta lo más importante. Una vez que sea un hábito y una vez que en su dinámica sea algo común, será más fácil dar y recibir aliento en todo momento. A veces no sabemos cuán importante es el aliento que requieren nuestros seres amados en algo que para nosotros es muy trivial, pero para ellos puede ser de suma importancia.

 

Alentar es alentar, no importa lo significante o trivial del hecho, lo que importa es hacer sentir a los demás que todo lo que hacen y todo lo que viven es importante y valioso. Es también reconocer en nosotros que todo en nuestra vida es importante y valioso. 

Permite que el aliento te lleve a vivir en amor.

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