Perdonar es crear tu propia realidad

Perdonar es crear tu propia realidad

Cada persona crea su vida tanto de forma consciente como subconsciente. Es importante reconocer nuestro poder de creación para enfocarlo y guiarlo más con nuestro consciente y que toda nuestra capacidad y poder de creación lo dirijamos hacia nuestros verdaderos objetivos y sueños. Cuando asumimos este poder, es cuando manifestamos cualquier cosa ya que somos responsables de nuestros pensamientos, palabras y acciones, que es la energía que crea lo que vivimos. Decidimos cambiar o mejorarnos a nosotros mismos, sin culpar ni responsabilizar a los demás y/o a nuestro entorno de lo que nos sucede. Sabemos que coexistimos y que nos afectamos unos a otros, pero para afectar tanto a los demás como a nuestro entorno a nuestro favor, entendemos que primero somos nosotros los que debemos pensar, hablar y actuar de forma coherente hacia la creación de nuestras manifestaciones.

 

Esto, en pocas palabras, es lo mismo que sucede cuando perdonamos. Al perdonar, yo me elijo a mí, yo me enfoco en mí, yo recupero y utilizo mi poder; dejo de culpar a los demás o a mi entorno de lo que me sucede y elijo tomar las riendas de mi vida para empezar a vivir lo que deseo. En el momento en el que perdonamos, creamos nuestra realidad al aceptar lo que sucedió sin culpa ni arrepentimiento y seguimos adelante con amor.

Recuerda que el perdón beneficia al que lo ofrece u otorga. Cuando pido perdón, entiendo lo que creé y sus efectos siendo responsable y dándome la oportunidad de elegir un nuevo camino, una nueva reacción y por ende un futuro diferente. Cuando perdono, entiendo lo que sucedió desde otra perspectiva y decido crear para mí un futuro diferente donde no esté constantemente enfocado en lo que no puedo cambiar (los demás y mi entorno pasado), dejo atrás el trauma, el dolor y la tristeza.

 

Al utilizar la energía del perdón, te liberas de la negatividad y eliges la luz, el amor, la solución. Es el principio de la sanación y protección más poderosa que existe, el camino hacia el amor. Además, el perdón tiene la capacidad de aliviar a todos los involucrados en una cierta experiencia.

 

Hay personas que no saben cómo utilizar la energía del perdón, incluso cuando reconocen sus faltas lo hacen desde la culpa y no desde el perdón, pueden tener miedo de recibir un castigo, rechazo o retribución. Cuando estamos atrapados en el drama de lo que sucedió, caemos en esta culpa que nos impide crear algo diferente o resolver lo sucedido. Evita el drama, el miedo, el arrepentimiento al sentir el perdón verdadero ya que esta energía te protegerá y te guiará a la sanción y al entendimiento. Pide perdón, no te disculpes. Perdona, no te vengues. El perdón no busca castigar ni culpar, sólo sanar y resolver.

 

El perdón es un instante en el que logramos vivir sin juicio. Cuando ponemos primero a los demás y a lo que nos rodea sabiendo que al darles su lugar también nos damos nuestro lugar, cortamos con el rencor, el rechazo, el arrepentimiento y el resentimiento, para vivir un momento de verdadero amor incondicional, un momento de perfecto entendimiento y compasión. Esto abre nuestra mente a nuestro poder de creación.

 

Al perdonar asumo y comparto mi luz, mi esencia y acepto la divinidad en mi y en los demás y dejo que esa divinidad sane. Cuando perdono obtengo protección, aceptación, entendimiento, compasión, libertad, desapego, flexibilidad, potencial ilimitado de creación.

Incluye la energía del perdón en tu vida cotidiana

 

Empieza a utilizar la energía del perdón en tus pensamientos, palabras y acciones en tu día a día. Incorpora en tu vocabulario “perdóname”, “te perdono”, “perdona”, “esta perdonado”.

 

Créate el hábito de perdonar cosas pequeñas y cotidianas que suceden de forma normal y natural en días comunes que, aunque parecen insignificantes, puede tener un gran alcance; sobretodo en las consciencias colectivas y las interacciones de nuestras comunidades. Incluir la energía del perdón en nuestras vidas cotidianas, genera un impacto enorme en nuestro mundo y abre posibilidades para un verdadero cambio de amor.

 

Cada vez que consideres que pudiste haber hecho algo de una mejor manera, pide perdón. Cuando sientas que te equivocas, pide perdón. Cuando alguien te lastima, te ofenda o no te considere, perdona. Bajo cualquier circunstancia, por sencilla que sea, que te genere un sentimiento negativo, perdona o pide perdón. 

 

Puedes hacerlo en tu mente, puedes decirlo o puedes demostrarlo; simplemente hazlo.

  • Evita utilizar frases como “lo siento”, “discúlpame”. Al decir que “lo sientes” o “disculpa”, asumes culpa de algo que sucedió ya sea porque sientes que te equivocaste o que hiciste algo mal. Puede ser que hubiera habido mejores formas de interactuar, sin embargo, la realidad es que siempre actuamos como podemos o desde la energía en la que nos encontramos y es importante entenderlo. Si lo entendemos, pedimos perdón para empezar a interactuar desde una mejor energía o por lo menos observar cómo y por qué actuamos de una cierta manera, para elegir algo mejor. Si no elegimos “perdón” y elegimos “lo siento”, nos quedamos atrapados en la culpa y el drama de la situación (lo “sentimos” en nosotros mismos).
  • Al perdonar nuestros sentimientos son de bondad, gratitud, tranquilidad, paz, libertad, de dejar ir… son sentimientos positivos que nos permiten crear nuestro futuro. Al disculparnos, nuestros sentimientos son de culpabilidad, angustia, ansiedad, tristeza, miedo, frustración, es caer en el drama de la experiencia sin poder dejarla ir; nuestra energía se queda en la situación y nuestra mente en el pasado lo que no nos permite crear nuestro futuro.
  • Recuerda que las “equivocaciones” no existen, son sólo ciertos momentos en los que nuestras emociones negativas nos están mostrando algo y en vez de permitir que nuestra luz y divinidad brille, dejamos que nuestras emociones tomen el control. Es normal, sólo hay que empezar a permitir que nuestra verdadera esencia brille más y el perdón es el primer paso.
  • Perdonar no significa que lo que sucedió estuvo bien ni tampoco que no existan las repercusiones adecuadas. Tus sentimientos son válidos y si hay alguna consecuencia que tú y otros deban de asumir, también se debe permitir. Valida tus sentimientos y las consecuencias, sólo hazlo a través del perdón.

Recuerda que...

 

Cuando queremos justicia, en un cierto nivel, buscamos venganza. Si condicionamos el perdonar hasta obtener “justicia”, estamos atrapados en el pasado. La verdadera justicia sucede cuando tiene que suceder, de la manera en la que tenga que suceder, cuando permito que simplemente se dé, no cuando busco venganza.

 

Cuando yo quiero hacer esa justicia, me estoy vengando, asegurándome de que los que me han dañado sientan el mismo dolor que yo sentí, pero como todo en la vida, la forma en la que percibimos y sentimos es muy personal, el asumir que puedo generar el mismo dolor es arrogancia, ya que incluso si logro mi venganza, mis hostigadores no necesariamente sentirán o vivirán lo que yo viví y puede ser que me termine arrepintiendo y hasta aumentando mi propio dolor y tristeza. 

 

Al perdonar, tengo fe y sé que todo en el universo siempre se equilibra y no asumo algo que no me corresponde. Además, me libero de la falsa seguridad de la arrogancia y superioridad al querer controlar lo que está fuera de mi control. También, al perdonar, evito crear más arrepentimientos, rencores, resentimientos, rechazos y/u odios en mi vida.

 

El perdón verdadero no tiene condición; no se condiciona a un momento, a una circunstancia ni a ninguna particularidad, simplemente se otorga con amor. Cuando ponemos una condición es probable que estemos queriendo forzar una situación o que una persona cambie un comportamiento, si este cambio no viene desde su propia voluntad o esfuerzo, no es posible. Tenemos que aprender a entender y aceptar a las personas como son y así establecer relaciones saludables desde el respeto y el amor. No con un falso perdón al exigir algo que la otra persona no esta dispuesta o no es capaz de dar. Perdonar es amar y amar es amar a todo lo que existe simplemente por que existe.

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